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EL PERDÓN

Aprender sobre el perdón es de las más grandes enseñanzas que nos da la vida, no hay personas que en su caminar por este mundo no hayan atravesado por experiencias que los hagan enfrentarse a la vivencia del perdón.

Sin embargo, en el transcurso de la vida corremos el riesgo de confundir, mal interpretar y mal conducir el sentido del perdón. Desde muy pequeños, a través de la educación que nos brinda la familia y la escuela, se nos induce a “pedir disculpas” si cometemos algún error o hacemos algo en perjuicio de otra persona; el sentido de esta práctica la mayoría de las veces pasa por alto todo lo que implica “ofrecer perdón”, ligado a esto, la persona ofendida generalmente también es inducida a recibir las disculpas como un gesto de benevolencia hacia quien lo lastima.

Quien ha estado expuesto a este tipo de prácticas, es probable que su idea sobre el perdón implique:

  • Dar y recibir perdón son acciones que van de la mano, de esta manera, solo valió la pena pedir perdón cuando la otra persona me perdona, y debo perdonar si el otro me pide perdón.

  • Cuando pido perdón estoy ayudando a que la otra persona se sienta mejor, porque estoy aceptando mi error.

  • Cuando perdono ayudo a que la otra persona se sienta mejor y la libero de la culpa.

  • Si me piden perdón y decido perdonar, la relación entre ambos se debe restablecer.

Si bien es cierto, cada persona conduce el proceso del perdón de diferentes formas, en relación a sus experiencias previas, creencias, el daño que ocasionó la situación vivida; es bueno no pasar por alto los siguientes aspectos:

  • El acto de perdonar (en ambas direcciones: darlo y recibirlo) es un acto personal, lo cual implica que no debe ser inducido por nadie más que por ti mismo, en el momento en que te sientas listo para dar ese paso, de otra manera, no tendrá el mismo beneficio para tu crecimiento personal.

  • Dar y recibir perdón no son acciones interdependientes, por lo tanto, cada acto en sí mismo trae beneficio para la persona que lo decide emprender.

  • Perdonar no implica restablecer relaciones. Debes valorar que hay situaciones que causan un daño significativo en la persona y aunque se haga el proceso del perdón, no siempre lo más saludable es restaurar la relación. El restablecimiento de relaciones no es el fin del perdón.



Si has hecho algo que ha lastimado a alguien recuerda:

  • Probablemente cometiste un error, te equivocaste, eso no te define como persona ni quien puedes ser en adelante, hacer algo malo no es lo mismo que ser mala persona.

  • Dedica tiempo a solas contigo mismo que te ayude a llegar a la raíz de tu actuar, si es necesario pide ayuda a alguien que pueda conducirte en esa reflexión sin juzgarte o ser indulgente.

  • Se sincero contigo mismo y piensa qué es lo que te impulsa a ofrecer unas disculpas, qué buscas conseguir a través de la experiencia del perdón. En esta reflexión ten en cuenta que el proceso es enfocado en ti y en nadie más.

  • Cuando decidas dar el paso del perdón, date la oportunidad de perdonarte a ti mismo, en ese acto, en ese gesto de ofrecer disculpas, perdónate a ti por el daño causado.

  • Recuerda que la otra persona es libre de decidir perdonarte o no. El fin de tu actuar no está en su decisión.

  • Si hay algo que te ayude a redimir el daño causado, llévalo a la práctica como una acción de agradecimiento a la vida por la experiencia del perdón.

Si te has sentido lastimado por alguien, y algo en tu ser te invita a acercarte al perdón, ten en cuenta:

  • La decisión de perdonar es solo tuya, no vale ni ayuda en mucho hacerlo por la insistencia de quien desea ser perdonado. Solo en el momento en que tú lo decidas y lo desees puedes dar ese paso.

  • No perdonas para que la otra persona se sienta mejor, tampoco eres responsable por la culpa que pueda estar experimentando, ni tu perdón lo liberará de lo que está viviendo, por lo tanto, toma tu tiempo contigo mismo y reflexiona porqué quieres dar tu perdón, qué persigues conseguir.

  • Comenzar el proceso de perdón no implica que exista de por medio alguien que te ofrezca disculpas, por eso es tan importante que centres la vivencia en ti mismo y en nadie más.

  • Perdonar es un proceso, no te fuerces, no niegues si regresan a ti sentimientos de enojo, rabia o tristeza por la situación vivida, parte de liberarse de ellas es vivirlas en toda su expresión.

  • Expresa lo que sientes y piensas. Una de las virtudes de perdonar es liberarse, por eso no te quedes con nada guardado.

  • Por ultimo recuerda que dar tu perdón no te obliga a volver donde te sentiste lastimado. El restablecimiento de relaciones no es una consecuencia directa del perdón. La paz interior sí lo es, por eso, la única relación que estás llamado a reconstruir es contigo mismo.

El perdón: Acerca de mí

CRECER Y SER FELIZ

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